viernes, 11 de julio de 2014

ADVERSIDAD: Cuando el Caballo te tumba

En esta ocasión se encuentra nuestro amigo pelón, Shaolin reflexionando sobre algunos recuerdos de experiencias pasadas. A su lado tomando un café se encuentra una joven empresaria. Ambos visitan un rancho donde abundan los animales propios de ese ambiente: vacas, becerros, gallinas, caballos y uno que otro chivito. Lorena, la joven acompañante, le expresa a Shaolin su frustración ante la crítica situación de sus finanzas. La situación expresada es dura y al parecer las causas estuvieron fuera de su control. Con lagrimas en los ojos expresa “Mis ahorros, mi crédito, mis últimos años están todos invertidos en mi empresa, es mi niña. ¡Lo voy a perder todo!” Shaolin recuerda cuando de niño junto a su padre montaba un caballo, el animal relincho y ambos fueron a dar al suelo. Con esta memoria fresca en su mente le responde a su joven acompañante “Si observas a los caballos que tenemos frente a nosotros, te darás cuenta que cada uno tiene su personalidad, su esencia. Algunos son tranquilos otros más agresivos, pero por más tranquilos que sean todos tienen la fuerza explosiva para voltear al mundo de cualquier jinete patas para arriba en cualquier momento. Los errores que puede cometer un jinete son muchos pero dos son los más peligrosos: el primero, olvidar o no reconocer esa fuerza explosiva que duerme en el animal, y segundo, creer que uno no está expuesto a que lo tumbe el caballo.” Concluye con una carcajada. “Entiendo tu dilema” continua Shaolin “es una situación real, por lo que escucho es dolorosa. Pero la vida es así, como un caballo. Es bella al observarla, tranquila e imponente al mismo tiempo. Cuando te montas con un proyecto o con un sueño sobre ella el paseo puede ser tranquilo o puede ser de lo más rudo imaginable, como si fueras un jinete de rodeo. Y aparentemente, esto es lo que estás viviendo.” “Así me sentía, pero siento que ya me tumbo” concluye Lorena “En la vida hay dos cosas que debemos aprender amiga: como caer y como levantarnos.” Expresa Shaolin, “Hay muchas personas que pasan su vida sólo observando a los caballos de lejos, sin permitirse tocarlos, darles cariño o de comer, mucho menos correr el riesgo de montarlos. Pero se pierden la experiencia de sentir su cariño, su inteligencia, como galopa, trota o la adrenalina cuando corre y brinca.” Después de un breve pausa, continua “Cuando un caballo te tumba, cae con tu lomo, reflexiona sobre que aprendiste, párate y sacúdete. Pon tu frente en alto y vuelve a montarlo. La experiencia de montar esta arriba no abajo.”

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